Guru del Marketing Deportivo opina sobre la Industria deportiva - Diario Vallarta - Mexico



Opinión
Alfredo César Dachary
27/05/2008La industria del deporte ¿pionera en el mundo global?
El fútbol fue vislumbrado desde los cincuenta como verdadero motor y promotor de un país y un sistema
El fútbol es el negocio más importante en la industria del deporte
Hace muy pocas décadas, en la historia apenas segundos, ciertos deportes eran considerados como un coto de determinadas élites, para su práctica como para comentarios y competencias. Entre ellos, estaban el tenis, el golf, el polo y el velerismo.
Hoy caminando por el aeropuerto, se ven las fotos de jóvenes jugadoras de golf promoviendo autos, ropa o determinados grupos inmobiliarios, pasaron de ser actores ocultos de sus actividades a estrellas.
¿Qué ocurre en un mundo en el cuál más del 60% de la población sobrevive y un reducido núcleo de unos 2,000 millones de personas, una de cada tres, tiene acceso a una vida mejor para que estos deportes antes considerados de élite se transformen en “populares”?
Este es otro ángulo en el que se pueden ver los resultados de los profundos cambios que se han dado en la sociedad y que también están vinculados a los cambios tecnológicos.
Según Nelson Mandela, primer presidente de la Sudáfrica post apartheid, “…el deporte es quizás el medio más efectivo de comunicación en el mundo moderno, sobrepasa incluso a las formas verbales y escritas para alcanzar directamente a miles de millones de personas en todo el mundo”.
Esta afirmación es posible hoy en un mundo interconectado y regido por los medios que son los creadores de modas, tendencias y formas de vida, son el gran hermano de esta sociedad que se ha quedado sin familia.
El fin de los grandes discursos y con él, de los grandes movimientos sociales y culturales y de los grandes personajes, trae aparejado la necesidad de crear nuevos héroes pero neutros, más que un modelo de vida, un estilo de vida, una marca o una forma de consumo.
Las grandes marcas de zapatillas deportivas fueron pioneras en asociar el éxito de un deportista a la misma y, con ello, el del sujeto que la consumía, se unía en el sueño del gigante que representaba el éxito del deportista, algo que no incide en la sociedad, pero si genera grandes sumas de dinero.
El deporte hoy representa juventud y ésta es el nuevo modelo mundial; hace un siglo era el hombre maduro hoy es decadencia, todo gira en torno a la juventud como modelo y estilo de vida plena, o sea, consumo total.
Los deportes como el golf han ido muy lejos. Por un lado, se han transformado en la muletilla de los que son económicamente débiles, que consideran que practicarlo o hablar del mismo les da un nuevo estatus, les da un reposicionamiento social, porque es caro en proporción a otros deportes, aunque ya esto ha disminuido y en muchos países hay campos de bajo costo.
Otra forma es la utilización escénica del golf para promover proyectos inmobiliarios, casas dentro del campo, lo cual se transforma en un gran negocio, ya que lo que se vende es el escenario artificial con estatus social, algo muy consumido en la actualidad, donde cada quien se ubica en un segmento de clase.
El turismo el golf ha sido un gran motor porque les permite a los turistas medios emprender un viaje que, además de entretenerlos, les da un determinado estatus que en su país no tienen y les hace vivir una doble fantasía, la del hotel donde son importantes y la del campo donde están con gente similar.
El tenis ha tenido un desarrollo mayor y los medios y las grandes marcas han sido el motor de su redescubrimiento por parte de la sociedad.
Ahora le toca el turno al polo, el más emblemático de los deportes, el entretenimiento de reyes.
¿Qué ha pasado, porque estos cambios tan violentos? El deporte es un pasatiempo, placer o ejercicio recreativo practicado individualmente o en equipo al aire libre.
Pero de ser una actividad al aire libre, de unir a gentes que deseaban realizar ciertas ejercitaciones o entretenerse en grupo, sin más meta que la diversión ha pasado, en el siglo XX, a ser una de las industrias más poderosas del planeta, que llega a su máximo desarrollo en la nueva sociedad del capitalismo global.
El fin del mundo de los amateurs, para muchos una expresión del viejo romanticismo, es el final del homo lauden, personas que realizaban juegos sin tener que preocuparse de su existencia material, el cual es reemplazado por el homus economicus, que dio paso a lo que Gerardo Molina denomina “la era del deporte, después del deporte”, en su trabajo pionero sobre el tema.
Molina sostiene que uno de los ejemplos significativos más allá del fútbol, un icono mundial, es el caso de la hoy famosa NBA, la liga de básquet de Estados Unidos.
Para 1984, la situación del básquet en ese país era critica, ya que los equipos estaban con grandes deudas, jugadores rebeldes sancionados y además permeados por el problema del doping, lo cual llevaba a que las principales cadenas de televisión pasaran los partidos de manera diferida en tiempos muertos.
El cambio lo generó el manager de la liga, David Stern, quien lo vio como una industria integral, con un mercado por encima de las clases sociales, las geografías y los idiomas y que tenía jugadores que dejarían de ser estrellas para ser íconos populares.
Una gran mercadotecnia adaptada a esa emergente industria del deporte, una alianza con las grandes empresas a fin de crecer juntos y gigantescas inversiones hicieron de este modelo lo que hoy es, una liga conocida en todo el mundo y exportadora mundial del básquet.
El fútbol, el deporte negocio más importante en la industria del deporte, ya fue vislumbrado desde los cincuenta como verdadero motor y promotor de un país y un sistema, por Francisco Franco, que hizo del Real Madrid su principal embajada mundial, ya que se veía a esta dictadura aislada como algo diferente y simpático a los ojos del mundo.
El 5% de los habitantes del planeta, 269.610,000 practican fútbol, según una encuesta que realizó la FIFA en el 2006 y el número de equipos que existen es de 1.7 millones que estarían alojados en los más de 300,000 clubes censados, entre amateurs, sociedades y de barrios.
Asimismo, esta encuesta mostró que del año 2000 al 2006, el incremento de la gente que practica este deporte ha aumentado en un 10%, destacando que las mujeres que lo practican llegan a ser un total 26 millones, algo impensable tres décadas atrás.
América del Norte, Centroamérica y el Caribe, la zona de la CONCACAF, tiene 17,000 clubes y 43.1 millones de gentes que juegan al fútbol, frente a la CONMEBOL, que agrupa a América del Sur que tiene 27 millones de practicantes del deporte y 47,000 clubes, diferencia dada por la gran disparidad demográfica.
El fútbol integra al mundo en una competencia por países que representa una hermosa contradicción, mientras se promueve el nacionalismo en la camiseta se financia con fondos de grandes empresas multinacionales y la mayoría de los jugadores son de otros países nacionalizados, al igual que los técnicos.
El fútbol abre un debate como el de las Naciones Unidas sobre los países y las alianzas y enemigos, no requiere de conocimiento para opinar, es el reino de la filosofía del facilismo, ideas cortas y noticias rápidas, entretenimiento, ocio o amansamiento de las grandes masas humanas.
El mundial de fútbol es un regalo para el país sede, grandes inversiones pero mayores ganancias, grandes obras y una propaganda excepcional sobre el país. En la actualidad, China y las Olimpíadas es un caso muy específico. China termina las obras y se presenta como el país con mayor pujanza en el mundo, algo que no le agrada al viejo imperio hoy acosado por graves problemas.
Según la consultora Deloitte & Touche, el equipo de fútbol radicado en Inglaterra, el Manchester United, es el más rico del mundo, un logro alcanzado en la última década, luego de más de un siglo de existencia.
En la actualidad, los tres grandes equipos de fútbol, desde la perspectiva económica son: el Barcelona, el Manchester United y el Real Madrid, además de ser futbolísticamente exitosos, lo son financieramente y, como tal, son la inspiración para que los empresarios que entran a este negocio los tomen como modelo.
Pero éstos son ejemplos que no son aislados, ya que van del tenis al golf, del básquet al automovilismo, todos son marcas, todo es promoción y al final el deporte se ha reducido a tres grandes ideas.
Es un amansador de masas que las encauza por los temas más superficiales y las ideas más simples mientras en el mundo los problemas son de otras dimensiones opuestas.
Segundo, es un puente para el consumo, las marcas se identifican con los héroes modernos, los jugadores, cuyo único mérito es el triunfar en las justas; el único valor real es que son eficientes en el deporte que realizan como tarea, el resto es fantasía.
De esto se deriva el tercero, el deportista como modelo de vida, de consumo y de ideas, la farándula completa, deportes de élite para sentirse del mundo exclusivo, deportes masivos para ser parte de la masa anónima, que mueve al mundo del consumo.
El deporte amateur hoy está en los museos, la industria deportiva es la nueva realidad, que va más allá del deporte, de la moda y del consumo, ya que permea al sujeto y lo transforma a través de las drogas modernas como los anabólicos, las drogas de alto rendimiento.
Si el campo de golf es un escenario recreado y artificial y los jugadores actores en función, día a día se repite la máxima de Dubois, de que el mundo es un gran espectáculo, en el cual se es observador y parte en esta nueva comparsa que se llama el mundo del consumo.

alfredocesar7@yahoo.com.mx